lunes, 15 de febrero de 2016

II Toro del Carnaval en Medina de Rioseco

Don Carnal tiene tintes taurinos desde que hace un año se propusiera celebrar una suelta, la gran aceptación ha supuesto que este año la apuesta haya sido por partida doble. Doble festejo para mayores y también para los pequeños aficionados, puesto que en ambos fueron teloneros los carretones que la asociación hizo rodar en el corro del Carmen, en el que se congregaron no pocos niños que corrieron, se atrevieron con los cortes y algún que otro capotazo.

La mañana estaba destinada al primero de los utreros, del hierro de Mariano Barquilla y de nombre Pitillano, de comportamiento extremadamente noble, como extremas eran sus fuerzas, lo que hizo que el animal agotara estas en breve tiempo sin calmar las ansias de cuantos aficionados llegados desde fuera sumados a los locales tenían por estar delante del animal. Le siguió una negra vaca de Miranda de Pericalvo, astifina y avispada, protagonizó el susto de la mañana con un matrimonio de ancianos empeñados en seguir su camino por el recorrido tras realizar la compra, afortunadamente quedó en una cornada al carro.

Tlaloc hizo presencia por la tarde, quería sumarse a la fiesta, si bien no lo consiguió, aunque les aguó la fiesta a los mas pequeños que tuvieron menor tiempo para jugar con los carretones. Los soportales colmados de gente, como el resto del recorrido, dentro y fuera no cabía un alfiler a pesar de la lluvia caída y el aire reinante. Antes del comienzo quiso la asociación rendir homenaje al anterior concejal de festejos, por su arriesgada apuesta con este festejo, asi como al impulsor de dar forma al recién estrenado cajón. Alcahueto, herrado con la Y de Miranda de Pericalvo pisó la húmeda calle en la que le recibían dos mozos, si bien se distrajo desluciendo la salida del cajón, mas bravucón que bravo, se fue complicando a medida que se sucedían las carreras y cortes, llegando a alcanzar a un mozo y al director de lidia que rápidamente se lanzó al quite, recibiendo la peor parte, no pasando a mayores de golpes y varetazos. Tras él, una segunda vaca, colorada del mismo hierro saltó a la calle para completar un festejo que a buen seguro se ha perpetuado en la ciudad de los almirantes.

El esfuerzo realizado por la asociación taurina, ayuntamiento con la renovación del vallado, asi como de diversos establecimientos que colaboraron económicamente se pudo llevar a cabo el festejo. Rioseco volvió a celebrar el carnaval con toque taurino.