lunes, 14 de abril de 2014

Tentadero de Valdellán en Sahagún

Con una mañana soleada aunque con una brisa un tanto molesta dio inicio el segundo tentadero que organizado por el Circulo Taurino se llevó a cabo en la coqueta plaza de Sahagún, al igual que los peregrinos que pasan por la villa, fuimos unos cuantos peregrinos taurinos los que nos dimos cita para ver las tres eralas de Valdellán que fueron tentadas por el gaditano matador Sanchez Mora y el novillero Antonio Hernandez, de la escuela taurina de Salamanca.

Las tres becerras tuvieron un juego parecido, entrando a los primeros lances con fuerza desmedida, tras pararlas puestas al caballo de largo, desde los medios del albero, acudieron hasta en tres ocasiones, desentendidas, costandolas arrancarse -quizá distraidas desde los tendidos a pesar de contar con la información e indicaciones desde la organización a los asistentes- al galope acudieron al encuentro y una vez nataban la pica salian sueltas del peto, los que ibamos con la idea de disfrutar viendo torear en la suerte de varas nos fuimos decepcionados, por las vacas en parte y por la suerte en si.
Ya en la muleta la primera brava, pues no abrió la boca para tomar aire se impuso de inicio al matador, que no lo veia claro, a pesar que desde el burladero se le daban constantes indicaciones, con lo mal que queda escuchar esa vocecilla indicadora, acabó metiendola en el canasto sin llegar a calar en los tendidos.

La segunda, mas pegajosa la entendió Antonio a la perfección, la fue dando la distancia para que no quisiera comerse la muleta y atropellarse los dos sin dar el pase, asi logró meter a vaca y aficionados en la faena, por ambos pitones, largos los naturales, con mando con la diestra, fue acortando distancias a medida que alargaba la faena, exprimió a la becerra hasta las últimas, cerrando en ajustadas bernardinas ante la brava vaca.

Cerró la mañana de nuevo el matador, con las ideas mas claras y sin ayudas, centrado en lo que hacia, tuvo en suerte una buena vaca que no tonta, a la que tuvo que poner mando para que fuera tras las telas, corrigió el defecto de ir atravesada, algo que tuvo desde el inicio la vaca, toreó con ambas manos, dejando algún natural largo, atropellandose en otros, culminando la faena y la mañana que a todos nos supo a poco.

San Juan de Sahagún está a la vuelta, momento en el que la plaza de nuevo vea el color y la algarabía que traen los toros en sus fiestas patronales, hasta entonces.