Pasaré a narrar brevemente la historia de la ganaderia, "Formada por D. José Vega en 1910 con vacas de Veragua y sementales de Santa Coloma, pasó en 1914 a los hermanos Villar. En
1928 D. Francisco Villar vendió su parte a D. Arturo Sánchez
Cobaleda. A su muerte, en 1942, pasó a sus hijos, dividiéndose en
1950 y correspondiendo uno de los lotes a D. Jesús Sánchez Cobaleda que anunció a nombre de la finca ‘Barcial’. Por fallecimiento de D. Jesús en 1960, pasó a sus herederos y posteriormente a
D. Arturo Cobaleda González" actual propietario y padre de Jesús Cobaleda quien hoy dirige el sino del hierro de la f, sin abandonar su profesión.
La finca "La torre" donde pastan los toros y fue objeto de la visita está formada por 500 Ha. de las cuales 100 mas cercanas a la carretera se destinan a la agricultura, el resto dividido en cercados de diversos tamaños lo ocupan los añojos, erales y utreros en amplios cercados en los que disfrutan del verde natural que da la dehesa y la sombra de las encinas, esas que marcan como refugio cada uno de los toros en los que se antoja imposible pisar, sin antes vertelas con el cornúpeta.
Los utreros, visiblemente diferenciables según su cuajo se separan aceptando no mas de 2 compañeros por la dehesa, bajo las encinas, curioso que su instinto gregario no les haga permanecer juntos, pelajes de todo tipo, berrendos, salpicados, entrepelados, cárdenos...y todo tipo de accidentes, luceros, girones, destacando sobretodo sus patas blancas, tan famosa cualidad que les da nombre y prestigio.
El herrado con el número 47, Cararosa "Dálmata" de apodo, una verdadera pintura de toro
Los cuatreños, varios con fecha de destino.
...Acompañados por algún que otro utrero que apunta ser un señor
Y este último que salió a las calles de Laguna de Duero, apartado con los bueyes.