La mañana fue dedicada a la capea, y el toreo, mala suerte que la becerra que salió primera se congestionara y aguara el inicio, tras ella una exhibición de cortes, quiebros y saltos se sucedieron, sin nigún pique, el propio entre amigos con ganas de pasarselo bien.
Tras la comida de familia con la propia familia ganadera, el calorcillo animaba y nos fuimos a ver los toros que alli aguardan pacientes, (en próximo reportaje) alli vimos entre asombro y risas por el camino de los cornúpetas, un paseo que se antoja corto, tras el paseo de nuevo a la plaza, pues las vacas aguardaban en chiqueros impacientes, otra capea sirvió de colofón al dia, y que colofón! recital de cortes, quiebros, toreo de capa, revolcones, y muchas risas, quien no habia cogido un capote dió unos lances, quien no habia cortado en su vida, se arrancó a embrocar de forma muy sorprendente a las vacas, y quien no se llevó de recuerdo un revolcón del becerro, en definitiva una jornada que se hizo corta, con un gran ambiente y una familia que ya espera la próxima jornada campera.