Tras las presentaciones comenzó la clase práctica en la que divididos en grupos de 2 personas se enfrentaron a las becerras que esperaban en chiqueros, todas ellas fueron recibidas por los profesionales y una vez templadas fueron uno por uno pisando el albero a demostrar la técnica aprendida anteriormente.
Como siempre ocurre los alumnos fueron muy variados, desde algunos expertos en estas lides de torear becerras hasta los mas nuevos, que a base de tesón e ilusión se enfrentaron a las becerras, de desigual juego, destacando la 4ª colorada de pelo que fue sin duda alguna la mejor de la jornada, sus anteriores hermanas bastantes desiguales de condiciones, saliendo la primera buena, la segunda muy buena y la tercera una de esas de armas tomar que solo un profesional domina con maestria, dejando perplejos al resto del dominio de una vaca a priori complicada, que propinó un fuerte golpe a uno de los alumnos que le dejó un buen recuerdos en dias posteriores.
Destacar la cuarta y última de este reportaje, noble, brava, acudiendo presta a la muleta, permitiendo el lucimiento de las manos que bailaban esas muletas ya expertas en estas faenas camperas, derrochó nobleza y bravura, noble a los cites y sin permitir un despiste a sus lidiadores pues avispada era.
Una fria pero agradable mañana de las que quedan en la retina de todos aquellos que la viven como toreros, acabó la jornada con una comida de hermandad que puso el broche final al curso, con la esperanza que no sea el último que se celebre y se consolide entre los aficionados pucelanos.