Voy a comenzar una serie de festejos, que están guardados en el archivo por falta de tiempo en su momento, aprovechando que el invierno es largo y no hay festejos, recordar alguno de esos que marcan la temporada, espero que disfruteis!!!
En Villalpando no se conciben unas fiestas sin el rey de la dehesa, gran parte de sus fiestas giran en torno a él, las capeas en su plaza mayor, aunque se han visto reducidas en número no así en calidad, con una treintena de animales, sus capeas son famosas, a ella llegan aficionados de la zona así como todos los vecinos que colapsan los soportales que blindan el peculiar coso, nadie quiere perder detalle, cortes, quiebros, rodadas, carreras.. e incluso algún que otro pase de aficionados y novilleros con la intención de matar ese gusanillo.
A continuación podreis ver reportajes de diferentes dias, este primero de la primera de las capeas vespertinas, las de mas afluencia de publico y cortadores.
La mañana que otros años estaba dedicada a las mujeres, este año fue para todos los públicos con las siempre bien recibidas becerras, una moda que se viene instalando, sobretodo en los hombres para poder participar es la de disfrazarse, esta costumbre ha pasado a ser la tónica general y no es complicado ver grupos amplios disfrazados, conejitas, bailarinas, la abuela... ni el alcalde se pierde estas capeas, que este año tras dar suelta a varias vacas una becerra cárdena decidió tomarse la fiesta de su mano, saliendose del recorrido y haciendo perseguirla hasta una laguna cercana donde fué rescatada por un valiente que se lanzó al agua, viendo acabada su carrera de vuelta en los corrales, una mañana de muchas risas que de no haber sido la cárdena se hubiera alargado hasta la tarde.
La última de las capeas vespertinas dejó detalles de varios valientes, como es tradición al finalizar se sueltan todos los animales que han pisado la plaza, (dicen que por aquello de que la gente vea los que no y no digan que se han repetido) alargándose el festejo hasta la noche, y como es tradicional teniendo que usar la "artilleria pesada" para que la manada baje ahsta los corrales deseando que de nuevo llegue San Roque al año siguiente.
Las señoras ( y no tan señoras) entre toro y toro aprovechan para sacar la maroma y saltar a ella, algo que ya es tradición y en la que prueban no solo señoras como podreis ver.