Tarde calurosa la del domingo en Villalpando, dia reservado al festival taurino, que desde hace unos años se viene celebrando, en esta ocasión con la novedad de un rejoneador entre la terna, comenzando mas tarde de lo programado, como el resto de dias debido a que la taquilla se puebla de gente los últimos minutos antes de que de comienzo, a pesar de tener venta anticipada... El encierro que esperaba era de la ganaderia de Sanchez Espioja, que pasta en tierras charras.
Abrió plaza el joven rejoneador zaragozano Mario Pérez Langa, quien desde sus cabalgaduras toreó al negro utrero, grande de hechuras, a la vez que soso, salió sin fijeza en el caballo, teniendo que comprometerse el jinete a entrar en sus terrenos, en los que daba derrotes sin llegar a ser claro en su embestida, hubo de tirar de pericia y oficio el joven para desarrollar la lidia, los aceros fueron su error, uien tuvo que echar pie a tierra para descabellar tras pinchazos y estocadas fallidas en las que anda ayudó el morlaco, se llevó 2 orejas a su esportón tras leve petición de la segunda que el presidente concedió a buen criterio como recompensa al esfuerzo que tuvo que hacer el jinete.
Tras adecuar de nuevo la plaza, Emilio de Frutos, matador con años de alternativa pisó el albero, de chiqueros salió un negro eral brutote de inicio, al que hubo de templar en la muleta sometiendole, como bien pedía el animal, por bajo consiguió los mejores muletazos, demostrando que la experiencia es un grado, mató de estocada tendida que bastó para que el eral cayera redondo, dos orejas fueron el premio a la faena con una rúbrica de perfecta ejecución.
Hizo su aparición en el ecuador de la tarde Javier Valverde, conocido torero que pasa sus años de matador casi en silencio, no venia confiado, hasta que vió salir el segundo de los erales, que le hizo cambiar totalmente de opinión y salió a disfrutar personalmente, asi lo dejó patente ante el burraco y bragado negro que le tocó en suerte, recibió por coreadas verónicas, se gustó en el quite por delantales, brindó el toro a Antonio Boyano, precursor de este festival, con la derecha dejó muy buenos detalles en tandas muy aplaudidas, al natural reafirmó esa condición de matador, forjado en corridas duras, se gustó e hizo disfrutar a un público que con sus pañuelos le entregó los máximos trofeos, 2 orejas y rabo de un excelente eral al que sacó todo su jugo y remató con una estocada entera.
El palentino no quiso achantarse en el toro de la merienda, recibió al negro bragado y meano de Espioja con verónicas de gran toreria, a pesar de embestir con la cara hacia fuera, embebió al eral, no perdonó el turno de quites que realizó en ajustadas chicuelinas, brindó a un público por entonces abandonado en la faena, tomó la muleta y toreo con gusto, al natural sometiendo al animal en largas tandas antes de pinchar y dejar una estocada que le valieron para otorgarle los máximos trofeos que recogió al grito de "torero, torero"
Antonio Boyano quiso matar el novillo de su propio hierro, en un gesto de compañerismo negro, feo por donde se le mirara, cariavacado, alto y poco colaborador, tiró de casta, se fue a la puerta de toriles y alli rodillas en tierra recibió de larga cambiada a su oponente, lanceó en el capote intentando en todo momento embeber al brutote morlaco, tomó la muleta tras brindar a su abuelo, y poco pudo hacer, demasiado genio, no tomaba la muleta, buscaba en todo momento al torero, y no pudo desplegar una gran faena, hubo de descabellar tras pinchazos, tarea nada fácil con un toro a la defensiva. Recibió 2 orejas como premio, en gratitud al empeño que puso.
Diego Luna se las vió ante un negro bragado y meano del hierro titular, recibió por vistosas verónicas, no quiso perdonar el turno de quites, destacando las ceñidas chicuelinas, en la muleta destacó con los pausados naturales, templando a la perfección al animal hasta que sacó su genio y le propino una voltereta, sin consecuencias, que hizo que el animal se orientara, quedandose en las embestidas, buscando en todo momento al torero, que tiró de casta y prosiguió con la lidia mientras caia la noche de forma inminente, dejó unas estocada tras un pinchazo y tuvo que descabellar antes de que el morlaco cayera muerto, recibió una muy merecida vuelta al ruedo en el arrastre y recibió los máximos trofeos antes de salir por la puerta grande los 6 alternantes bajo la luz de la luna.

