jueves, 8 de septiembre de 2011

Corrida goyesca en Toro


Tarde de expectación en Toro, corrida goyesca, no faltó el minimo detalle, toreros, cuadrillas, mulilleros, areneros….todo el personal con vetimenta goyesca, antes de dar comienzo ya se palpaba en las taquillas el buen ambiente de la tarde calurosa, largas colas para hacerse con una entrada, que alcanzó los ¾ del aportalado aforo, gente llegada de diversos puntos, la peña taurina arevalense y la del propio torero Juan del Álamo, se acercaron hasta la ciudad toresana, en chiqueros esperaban 6 de Montalvo,entre los 505 y los 555 kgs. muy bien presentados, pero de poco fondo en líneas generales.

Se abrieron los portones, dando comienzo con el paseíllo, vistoso y peculiar al tener que dar vuelta al ruedo ya que la presidencia se encuentra sobre la puerta grande, abrió la tarde Uceda Leal, en rosa palo y azabache,  ante el Montalvo negro zahíno, de impoluta imagen,  un soso toro al que lanceó por verónicas, pico Pedro Iturralde de magistral forma, llevándose una ovación tras dos puyazos, quizá excesivos,  brindó al público, entró en faena rápidamente pues el toro no permitia dejarle pensar, embebió al brusco toro, y le sacó una tanda de naturales muy aplaudidos, y poco mas pudo hacer al rajarse el toro y pararse antes de salir de la muleta, con el consiguiente peligro para el torero, que tiró de esa raza que posee para aguantar en la cara, marró con los aceros, descabelló tras varios pinchazos, para entonces ya había sonado un aviso y su actuación se quedó en silencio.

Le siguió Curro Diaz, el torero de Linares, de blanco y azabache, se enfrentó al único colorado y bocidorado de los enchiquerados, salió cabeceando, y asi continuó durante toda su lidia, sin embestir claramente, entraba a la capa humillando y cuando salía de la embestida, cabeceaba buscando presa con ese genio que le caracterizó, dos puyazos se llevó ante el caballo, en al muleta se rajó rápidamente,  Curro tiró de torería y embebió al animal que con la mano baja humillaba muy bien pero al salir de la embestida sacaba el genio y buscaba al torero, de estocada caída tras un pinchazo pasaportó el toro que había brindado al público, que le correspondió con una ovación que recogió desde el tercio.

Juán del Álamo, torero de sangre fresca, pues se había doctorado poco días antes, recogió la sustitución del lesionado Leandro, y no quiso dejar pasar este tren, en caña y azabache, le tocó en suerte un negro zahíno,  al que lanceó de vistosas verónicas en el capote, dejando claro que trae un hambre de triunfo que le dará tardes importantes, llevó al toro a la suerte de varas por ceñidas chicuelinas al paso, y después no quiso perdonar su turno de quites, brindó el toro a Leandro, que se encontraba presenciando la corrida en la grada, la condición de el Montalvo era muy buena, y no perdonó del Álamo, casi sin probaturas tomó la izquierda, y desarrolló toda la lidia con esa mano, despaciosa, gustandose, dejando detalles de torero consagrado, aún sin serlo,  mató de estocada levantando al tendido de sus localidades y premiando dicha faena con la primera oreja de la tarde.

Uceda Leal salió dispuesto a redondear la tarde que había comenzado de “aquella manera” dejó vistosas verónicas ante el negro Montalvo, la suerte no estuvo de su lado, cuando tras un previo derrote en un burladero el toro se había dañado el pitón y ya en el caballo acabó por partírsele por la cepa contra el peto del percherón, fue devuelto a los corrales tras un arduo trabajo del bueyero, que se jugó las embestidas del negro y del propio buey, se le intentó apuntillar sin lograrlo, dejando a su paso un burladero destablillado, que hubo de reparar.

Salió el negro sobrero, del mismo hierro, un toro mansito, al que uceda cuajó por el pitón izquierdo, pues por el derecho no dejó de protestar cada embestida, realizó una faena con clase y gusto de torero experimentado, los mejores momentos al natural, mató de estocada certera que hizo que el toro cayera desplomado, recibió una oreja a su entrega.

Curro Diaz, salió como un terremoto a medirse las caras ante el segundo de su lote, un mansito negro,  un puyazo ligero para que el animal aguantara la faena, mal la cuadrilla en banderillas, sin posar todos los rehiletes sobre el lomo, realizó una faena carente de detalles, sin alargarla demasiado, mató de estocada certera premiándole con una oreja.

El salmantino del Álamo salió de nuevo con una fuerza arroyadora dispuesto a rematar esa puerta grande que había dejado entreabierta, se topo con el peor toro, un manso de libro negro y justo de fuerzas, dejó un puyazo su picador, con la intención de no quitarle las fuerzas escasas que le quedaban, no perdonó el quite y de nuevo se decidió por las chicuelinas, brindó al público, que le respondió con una ovación caldeando aun mas la tarde, poco pudo hacer ante el rajado animal, perdia las manos al obligarle y hubo de levantar la mano hasta la altura que el toro pedía, faena complicada que resolvió de forma perfecta, calando en el tendido, se rajó de forma abismal el toro, se fue a tablas y dijo que no embestía mas, tras jugarse el tipo intentando matar en las tablas sin que el toro se moviera un ápice, cayó el toro tras dos pinchazos, recibió a cambio una fuerte ovación que saludó desde el tercio antes de abandonar la plaza a pié, y bajo la atónita mirada del mayoral que aún no se creía lo sucedido, cuando estos toros son de los que venden cara su muerte.
Recuerdo una tarde tentando en “Linejo” en las que el ganadero llamó diesel a las vacas buenas y gasolina a las que venden caro el triunfo, algo pasó esa tarde con los de Juan Ignacio Pérez para que vendieran su muerte fácilmente.