Abrió la tarde Armendariz, brindó el toro a D. Ángel
Peralta, salió de toriles un negro zahíno, de buenas hechuras, con kilos, bajito,
revoltoso, parado con el capote, rebrincón, se hizo con el caballo a duras
penas, en todo momento no paró de buscar ese capote que le había embebido, hubo
de tirar de pericia Roberto, para conseguir las bruscas arrancadas que el de
Barcial daba, saliendo explosivo y apagándose rápidamente viendo como jinete y
caballo se salian de sus astas, colocó magistralmente dos rejones de castigo,
el toro se rajó se querenció en las tablas y puso en dificultades la lidia, en
banderillas tubo que tirar de doma para sacar una y otra vez al utrero de su
particular refugio en tablas, destacando batidas de bella ejecución y quites
que no pudo finalizar clavando la banderilla por la sosería del animal, arriesgó
con las banderillas cortas, a toro parado, poniendo todo de su parte
Armendariz, mató de perfecta estocada y se premió su esfuerzo con una oreja.
Salió al ruedo Lea Vicens, brindó su toro al público, entre
los aplausos de la grada, se abrió la puerta de los miedos y de ella salió un
utrero negro, bragado, meano, lucero, botinero, rabicano, con la misma alegría que
su hermano, templó las carreras Lea antes de colocar su primer rejón de
castigo, seguido de un segundo para cambiar el tercio, cambió de montura para
el tercio de banderillas, en el que se decidió por las batidas iniciadas en
bellos quiebros, tomó una nueva montura para sorprender a propios y
extraños con banderillas al violín, muy
aplaudidas, además de templar las continuas carreras con las que sorprendia el
de Barcial, de nuevo cambió de montura para colocar un par de banderillas
cortas de perfecta ejecución sin salirse de la suerte, dejó media estocada
antes de pinchar varias veces y descabellar, recibió una oreja como premio.
De nuevo Armendariz pisó la arena, brindó su suerte a un publico para entonces
metido de lleno en harina, de toriles apareció un ensabanado berrendo en negro,
careto, mas fino que sus anteriores hermanos, y con mayor movilidad, templó de
salida con el caballo, al que persiguió con codicia antes de parar y colocarle
el primero de los rejones de castigo, midió al animal antes de colocar un
segundo rejón y cambiar de montura y de tercio, colocó banderillas de pictórica
ejecución con ambas monturas antes de cambiar de montura y colocar banderillas
cortas en ajustadas embestidas, se divertía y transmitió esa sensación al
tendido que respondia con ovaciones una y otra vez, dejó una estocada entera
antes de que el toro cayera redondo a sus pies, recibiendo una oreja que le
abria la puerta grande.
Lea Vicens ante su segundo, negro, bragado meano, lucero,
calcetero y rabicano, al que templó de salida con su montura, en ajustadas carreras ante el novillo, que no
dejaba de perseguir al caballo, antes de colocar dos rejones y torear al novillo
con la intención de probarle, cambió el tercio, destacando de nuevo los
arriesgados quiebros en los pares de banderillas, que permitia el animal y
alguno mas en ajustadas batidas de cara al toro, que no dejó de embestir a los
continuos cites, dejó banderillas al violín como en su anterior, tiró de torería
para sacar al ya rajadito en tablas toro que veía como su batalla estaba
perdida ante tan magistral monta para dejar de nuevo un par de banderillas antes
de la suerte suprema, en la que falló con los aceros, pinchando antes de dejar
media en todo lo alto que bastó para que el toro cayera rendido, otra oreja fue
su merecido premio, acompañando a su compañero a hombros por la puerta grande.
Ficha:
Menos de media entrada, toros de Barcial de desigual juego y
pelaje, Roberto Armendariz oreja y oreja y Lea vicens oreja en ambos.