Ledesma, en pleno campo charro a orillas del tormes, por sus campos corre la sangre brava, durante sus fiestas en honor al corpus, celebran los tradicionales espantes, que no son otra cosa que conducir la manada de toros acompañados de la parada de bueyes hasta una zona determinada donde la gente con sus gritos y cachas "espanta" a los toros devolviendoles de nuevo al prado, el cohete anuncia la inminente salida de la manada desde los corrales de la coqueta plaza, donde les esperan los caballistas garrocha en mano para conducirles hasta el prado donde deben llegar para ser devueltos al gentio por otro camino que triangula el recorrido, viendose largas carreras de los mas expertos buscando pitón entre los caballos, una vez llegan a la multitud se les "espanta" y vuelven de nuevo a iniciar el recorrido, sucesivas veces hasta que los animales se querencian en la zona de vallado atendiendo a los cites de la gente, este año el domingo debido al sofocante calor fallecieron 3 toros desluciendo el festejo, el lunes los toros se querenciaron gran parte del tiempo en el prado, tan solo uno de los toros se quedó atendiendo a los cites de los mozos aunque rápidamente volvió al prado donde solo los caballos les molestaban.
El festejo bajo un sol de justicia no cumplió los objetivos, bien por la mansedumbre de los animales, cuatreños de impolutas astas, o bien por la querencia que los animales tenian al campo, fuera como fuere, pudimos disfrutar poco tiempo de los animales en las calles, y cuando llegaron tras sucesivos intentos estaban mermados de fuerzas, atendiendo brevemente a los cites desde los barrotes, y llevando a los toros a los corrales donde descansarian, no sin antes dejar momentos de gran tensión, cuando un caballista se cayó de la montura, en un aprieto del toro, y una espectacular cogida sin mayores consecuencias a un mozo Ledesmeño cuando el animal ya se encontraba enmaromado para dirigirle a los corrales.
* Todas las fotografias pertenecen al lunes.