viernes, 20 de mayo de 2011

Novillada de promoción en Valladolid

Feria de San Pedro Regalado, Patrón de la ciudad, entre sus carteles se anuncia una novillada de promoción, tarde fria, poca expectación apenas unos centenares y un viento muy molesto, estaban anunciados 6 jóvenes novilleros sin picador que sueñan en torero y quieren ser matadores, se medirian ante novillos de una prestigiosa ganaderia como es la del también maestro Ortega Cano, que lidia bajo el nombre de Yerbabuena, toros de excelente presencia, todos ellos negros zahínos, con un trapío digno de un coso como el del paseo de Zorrilla, algo abantos de inicio, aunque una vez cogian la tela se comportaron de magnificas maneras, hecho que permitió a los actuantes disfrutar y mostrar su toreo particular.
El cartel estaba formado por los siguiente novilleros: Ángel Jiménez de Medina de Rioseco (Valladolid)
Jorge Sahagún de Villafrechós (valladolid) Tomás Angulo de Llerena (badajoz) Alejandro de Benito de Barcelona, Álvaro Sanlucar de San Lúcar de Barrameda (Cádiz) y Tiago Santos de Vilafranca de Xira (Portugal) todos ellos acompañados de sus cuadrillas










Abrió cartel Ángel Jiménez, en nazareno y oro, conocedor de esta plaza, ya que fué ganador de las novilladas nocturnas que se programaban hace unos años, salió al albero nervioso, y no debe ser para menos en una plaza de esa categoria, en el capote mostró ganas, el tercio de banderillas fué lo menos destacable,brindó al tendido, ya con la muleta, inició la faena perdido, y el viento poco le ayudó, hasta que en un arrebato de toreria se deshizo de las zapatillas, y todo cambió, templó y firmó los mejores pases, fallos a espadas con varios pinchazos que finalmente remató con el estoque, llevándose una ovación del respetable por su entrega. 














































Jorge Sahagún, en tostado y azabache firme con el capote con verónicas muy vistosas, buen tercio de banderillas con padre e hijo en la cuadrilla, gente de su confianza que bien valieron una ovación, brindó el toro a Jorge Manrique, matador y empresario, montó la muleta y echó rodilla en tierra para recibir al de Yerbabuena, fraguó la faena por un pitón derecho de prodigio, faena de mucho temple y olés en el tendido para levantar la ventosa tarde, pinchó con la espada y finalmente dejó un estoconazo que no le sirvió para cortar apendice, tras una petición fuerte, pero si le valió para dar la vuelta al ruedo que bien vale un trofeo.















































Tomás Angulo en grana y oro, venia con hambre de triunfo, y asi lo demostró desde su inicio, con el capote dejó detalles de vistosidad, en el tercio de banderillas la cuadrilla demostró sus dotes y realizó un quite por chicuelinas. Brindó el toro a una persona de su confianza, pienso que su padre o apoderado, armó la muleta y cuajó la faena sobre el pitón derecho, recibió una voltereta que para nada le hizo venirse abajo, cogió los trastos de la arena y se vino arriba con mas genio, el fallo a espadas le pribó de oreja, media estocada y descabello tras varios pinchazos, dió vuelta al ruedo.































































Alejandro de Benito, en azul marino y oro firmó verónicas muy asentadas con el capote, buenos pares de banderillas, fraguó su corta faena en el pitón derecho del animal, tras brindarlo al respetable, acierto en espada con una estocada certera, que no valió para cortar apéndice, saludó desde el tercio.







































Álvaro Sanlúcar vino a demostrar porque fué finalista del zapato de plata en Arnedo, novilleró curtido, recibió con verónicas, dejando una media envidiable, firme la cuadrilla en el tercio de banderillas, brindó al público, tomó los trastos y fraguó una proverbial faena por el pitón izquierdo, larga y templada. dejó estocada y hubo de descabellar, recibió el primero de los trofeos de la tarde, una oreja ganada a pulso.



































































Tiago Santos, el único de la terna del pais vecino, vino con ganas de dejar patente lo que es capaz, le devolvieron el que le habia ocado en suerte, por una cojera muy acusada, y salió un sobrero del mismo hierro al que recibió rodillas en tierra con una serpentina, se echó al pitón izquierdo por el que desarrolló la lidia, tomó los palos, en el primer par nos dió un susto ante las tablas, recibiendo multiples golpes y pisotones, que no le hicieron venirse abajo, retomó los palos y dejó pares de todos los estilos, dando salida al toro, desde tablas y un par al quiebro que hizo recordar al fallecido maestro Paquirri. Brindó al tendido, y desarrolló una lidia con la muleta muy en torero, remató con una estocada entera cortando un apéndice.